Por Lisbet Mejías Aunque ya nada me sorprende con el tema Cuba, sí me llama la atención cómo los opositores cubanos cambian su discu...
Por Lisbet Mejías
Hace unos años, en una entrevista que le hiciera el influencer Manuel Milanés a José Daniel Ferrer, este dijo que la propuesta que había hecho Eliecer Ávila de realizar una especie de elecciones para lograr una coalición en el exilio era totalmente inviable. Pueden ver el video a continuación:
En sus argumentos, Ferrer dijo que lo
propuesto por Eliecer era totalmente irrealizable y explicó que, para hacer
elecciones, primero tenía que existir un consenso de cubanos que aceptaran esta
iniciativa y la vieran como válida. De
igual forma, se cuestionó cómo podrían identificarse estos posibles votantes y
que, para el caso de los cubanos de adentro, habría que usar el registro de
personas en edad de votar, que solo está en manos del régimen.
Entonces, yo que lo pregunto todo, no entiendo cómo ahora Ferrer pasa de cuestionar elecciones alternativas a pedir elecciones virtuales, que serían menos confiables que la opción propuesta por Eliecer Ávila en su momento.
La lectura que le doy a esta payasada no es
otra que una tendencia de exportar al exilio, desde Cuba, la ideología de centro-izquierda
promovida por la oposición que se empeña en influenciar y convencer a los
interesados en el futuro de la isla que sus posturas son las correctas,
subestimando que en el convexo del estrecho de la Florida dicho mensaje se tropieza
con una alta resistencia a todo aquello que es conveniente para el régimen.
No nos engañemos. A la dictadura
le conviene algo así como lo que es Ferrer: una figura que proclama el centro
izquierdismo sin dar chance a reclamos de cubanos libres, como los que integran
el movimiento constitucionalista.
Y la prueba es el propio periódico oficialista
Granma, que solo pone en sus ataques a proyectos que no les convienen. Nunca he
visto ataques hacia Cuba Decide y otros proyectos que hablan de perdón y
olvido.
Así que los anexionistas que se pusieron eufóricos
por haber sido mencionados en el Granma por primera vez, olvidan que solo
aquellos que NO son aprobados por el cambio fraude son expuestos en plataformas
oficialistas, dando así ventaja por una larga milla a que gane la oposición
leal y creadas por el régimen. Ningún
proyecto que no esté previamente aprobado por el Departamento de Estado
norteamericano y el régimen castrista tendrá cabida en el Granma o en el Noticiero
Nacional de TV o cualquier otro programa como el Toque, Cubadebate, Mesa
Redonde y etc.,
Con el infortunio y la ironía de que,
en tierras de libertad, vemos que los medios [inocentemente [ solo dan espacio a
esta oposición que el régimen se niega a mencionar en sus medios oficiales por
ahora y solo por ahora, vemos por el contrario como de manera simultánea en las
dos orillas invisibilizan cualquiera otra verdadera opción de libertad para el
pueblo cubano.
Mientras en Cuba el régimen oculta
a la oposición, hasta el momento conveniente, en esta orilla tienen banda ancha
para intentar convencer al exilio de que ellos son la única opción política de
un posible cambio conveniente para el régimen y al propio EEUU: gente dócil y
dialoguista que no crearán problemas si es que se permiten dichos cambios.
Aquí lo que hay es pasar al amor
y perdón de todos aquellos que no tengan las manos manchadas de sangre.
Históricamente, se le inculcó al pueblo que solo cuando muriera Fidel o Raúl
serían posibles los cambios, y parece que es la misma tendencia de la oposición.
Y me pregunto… ¿los hijos de los
represores tienen las manos manchadas de sangre o no las tienen? Como es
difícil asegurarlo, mejor es el cuento del amor entre todos para evitar el
peso de ley. Las palabras
libertad y justicia no se pueden mencionar al pueblo cubano, mucho menos derechos
constitucionales sino que solo permitido escuchar la cantaleta de derechos humanos.
Es insultante lo que propone Ferrer de luchar
por un plato de comida para el pueblo a costa de la misma estrategia de la
dictadura. Son aprendices de tiranos sin tener preparación, ni en lo político
ni en lo económico, más allá de lo que repite el régimen. El que, como argumento político, prometa más
comida y electricidad está mintiendo, como lo hace la dictadura cuando promete
mejorías para el próximo año.
Por estos días la tendencia en
las redes es un refrito de la película The Truman Show. Todos los días tenemos
un capítulo nuevo donde José Daniel Ferrer da de que hablar con las cosas de su
diario vivir, Por ejemplo, si Ferrer juega con su hijo a las espadas, se publica,
si lleva a su hijo a la escuela, se publica, si a su mujer sufre de dolores
menstruales se publica, si una vecina se orina en la sala de su casa recoge le
cambia la ropa, la pone en una bolsa de nylon y lo publica, Y ya el colmo sería
que a este paso si Ferrer se tira una flatulencia él va y lo publica. Total,
tiene internet hasta una película. Y permítanme carcajearme.
Como dijo el ideólogo de Hitler, Joseph
Goebbels, “una mentira repetida se convierte en verdad”. ¿Y cuál es el
objetivo de ver las grandes hazañas de un opositor en su día a día? No es más
que una forma burda de levantarle el perfil a quien con ese comportamiento
demuestra lo poco o que sabe de política.
Todos tenemos un problema, y es
que los cubanos se están idiotizando cada vez más con estos shows mediáticos. Y
esta oposición va de show en show.
Estas elecciones virtuales que ahora sí
propone Ferrer, después de asegurar que eran inviables, son otro de los trucos
que la dictadura nos pasa ante los ojos. De esa forma, con esa ridiculez, ya tendrán en
un banco de datos a posibles parlamentarios y políticos preseleccionados como
Ivette García, quien fuera represora de médicos en Portugal, y hoy se autodenomina
opositora. No te sorprendan si ves a la exfuncionaria castrista ser incluida en
el bloque de opositores que formará parte como de la Asamblea
a Nacional al que hoy el régimen ha cambiado el nombre y comienza a llamar Parlamento.
Tenemos que abrir los ojos. Estos shows no
tienen ningún fundamento válido, ni mucho menos constitucional, y corremos el
peligro de aceptar una transición que políticamente se vuelva lo mismo que ya
tenemos, pero con más luz y más comida.
Yo defiendo la Constitución de 1940, y ya que
fue interrumpida, deberíamos todos partir de ella para iniciar un camino hacia
la Cuba Libre, como libres debemos estar de estos aspirantes a dirigentes de la
Cuba post-Díaz-Canel, que solo quieren una tajada de poder y lo menos que les
interesa es Patria y Libertad.
Como siempre digo #MuyFuerteTodo
COMMENTS