Por Lisbet Mejías. Aventura,Fl.- En el exilio cubano, tanto en Miami como en el resto de EE. UU., el gen del castrismo aflora de un modo ...
Por Lisbet Mejías.
Aventura,Fl.- En el exilio cubano, tanto en Miami como en el resto de EE. UU., el gen del castrismo aflora de un modo u otro cuando se trata de imponer criterios políticos al estilo del caudillo que hoy reposa bajo una piedra más fea del mundo en Santiago de Cuba.
El mejor ejemplo es el Movimiento Cuba Decide de Rosa María Payá, que, de un tiempo a esta parte, se está vendiendo como el único proyecto del exilio que llevaría los cambios necesarios en la isla. Y digo que se nos vende porque está siendo alimentado no solo por el alcance del apellido de su líder, sino que ya existen evidencias de un firme apoyo de políticos cubanoamericanos, del expresidente Obama y de una caterva de influencers que parasitan bajo la sombrilla de su organización para invalidar proyectos alternativos en el exilio que ofrecen mejores opciones.
Cuando hablamos de opciones más viables me refiero a que priorizan la educación de los derechos constitucionales a los cubanos como herramienta para sostener la lucha necesaria en aras de conseguir cambios reales en Cuba y no el cambio fraude que es, en esencia, lo que propone la hija de Oswaldo Payá Sardiñas, quien paradójicamente siempre denunció semejante tendencia antes de morir.
Viendo el peligro de este movimiento como única alternativa, que para nada exige derechos elementales, sino que ruega por participar en el hipotético y futuro plebiscito que ayudará al régimen castrista mostrarse como un tirano benévolo dando así paso a la cohabitación con los mismos represores junto a pseudo opositores en el exilio y Cuba. Por ende, un grupo de patriotas bajo la convocatoria del proyecto Generation New Republic (GNR) decidimos manifestarnos físicamente en protesta contra esta vendetta que representa Cuba Decide, dicha convocatoria fue impulsada desde Twitter ahora X.
Acordamos que la manifestación tuviera lugar frente a las instalaciones de América TV, que ha dado a Rosa María Payá un servicio de propaganda no pagada y habitual, pero que, a pesar de su disfraz anticastrista, ha sido la plataforma pública donde los artistas cubanos del intercambio cultural son vendidos al exilio. Sin mencionar que ha sido un espacio abierto para recibir y contratar a altos funcionarios castristas desertores que inclusive tienen las manos manchadas de represión, si se me permite la metáfora.
La convocatoria pactada por GNR para el pasado 25 de agosto desde el primer minuto de su publicación en redes, fue recibida con tibieza y resquemor por aquellos que abiertamente critican a Cuba Decide en la plataforma X, sumándole ataques de descalificación y apuestas a que no se llevaría a cabo. Toda esta patraña fue la comidilla de las redes y motivos de burla para los que dicen querer una Cuba libre.
Pese a todo, finalmente la protesta se llevó a cabo. La intención era crear un precedente contra la imposición de un proyecto como Cuba Decide que lleva implícitas tendencias izquierdistas, conciliadoras y dialogueras con el régimen. Si usted analiza sus programas y las propias palabras de su creadora, verá que el objetivo del mismo solo intenta ser copartícipes de esa dictadura, compartir el pastel y olvidarse de las afrentas al pueblo desde 1959.
No es fácil ir contracorriente al establishment político cubanoamericano del sur de la Florida y mucho menos de «cubanos libres» en el exilio. Si bien nuestra protesta no tuvo la visibilidad necesaria ni el apoyo más allá de nuestro propio dinero para pancartas y traslado, al menos dejó claro que Generation New Republic es quizás la única organización del exilio que se opone a tal aberración de Cuba Decide y su objetivo implícito de perdón y olvido.
Me han preguntado si la protesta de GNR tuvo algún logro. Creo que el más importante fue que se nos sumara la activista política Ariadna Mena Rubio, quien fue una de las opositoras más combatientes del movimiento Cuba Decide dentro de la isla y que en aquel entonces la llamaban “el brazo derecho de Rosa María” en La Habana. Ella, en esta manifestación, fue el Cherry del pastel.
Ariadna Mena, una cubana de raza negra, se ganó el respeto de GNR porque, aunque diferimos en objetivos, valoramos mucho su valentía, la cual demostraba en protestas y enfrentamientos con la policía castrista, y por soportar, como una Mariana, la represión directa del castrismo.
Sin embargo, cuando las cosas empezaron a complicarse por el desgaste de un proyecto que no tiene fecha fija para salir de la gaveta donde se encuentra desde el 2016 en Cuba; tomó la decisión dolorosa de ser una más en las estadísticas de emigración al norte brutal y revuelto, y con ello seguir los pasos de su líder hasta Miami. Evitando de esta manera ser una más por la que piden liberación de cárceles castristas sin resultado alguno.
Mena llegó a duras penas a Guyana, abandonada a su suerte. Su antigua jefa no movió ninguna de sus influencias para que llegara a EE. UU. Fue nuestro exilio sin rostro visible quien activó un sistema de ayuda, con recursos propios, a la activista hasta que finalmente pudo tocar tierras de libertad.
Una de las razones por las que Ariadna nos acompañó en la protesta fue debido a su profunda decepción con el movimiento al que pertenecía y al hombro frío con el que chocó de instituciones que reciben grants a cambio de ayudar opositores políticos que tienen que huir de Cuba. La decepción fue mayor cuando, en sus propias palabras, abrió los ojos y se dio cuenta de que a Cuba Decide lo menos que le importa es la libertad de los cubanos; sino que es más de lo mismo: un modo de vida para ganar dinero y aumentar el tráfico de influencias políticas.
Rosa María Payá, que tanto se sirvió de la activista en Cuba, le ha dado la espalda ahora, paradójicamente, en tierras de libertad. Las razones no las sabemos, pero la negra Ariadna lamentablemente no tiene el color de piel que sí tienen otras activistas de renombre como Tania Bruguera, Amelia Calzadilla o Carolina Barrero con la que Rosa María sí se toma las fotos, de manera sonriente. A todas luces, aquí puede ser que el racismo intrínseco de la líder de Cuba Decide salga a flote de manera inconsciente y al mejor estilo de la izquierda moderna de usar a minorías para impulsar políticas y después ser desechadas por su color de piel o estatus social. Sin embargo, en Cuba, la negra Ariadna sí era útil para el mensaje popular y falso del llamado extremo centro que Payá dice militar.
Como hemos dicho, la plataforma política de Cuba Decide está en Cuba desde 2016 y, como lo hizo en su momento Oswaldo Payá, su hija lo entregó a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) y, aunque sigue engavetado, NO fue rechazado y está a la espera de ser desempolvado para aplicarlo si la situación política dentro de la isla se complica.
Y este es el grave peligro que no quieren ver. El hecho de que haya recibido 10,000 firmas no tiene significado. Porque esa cantidad no es reflejo del pueblo de Cuba. Ni 100,000 firmas. Ni un millón. El pueblo de Cuba necesita primero educarse en sus derechos constitucionales para poder exigir libertad plena y conciliar a la hora de escoger a sus representantes. Imponer a Cuba Decide como ÚNICA opción, que deja fuera a millones de cubanos de adentro y de afuera, es típico de dictadores; es decir, seguirá más de lo mismo y al final ellos solo tendrán una tajada del pastel.
Hay que reconocer que Rosa María Payá ha sido hábil, sobre todo a la hora de utilizar la imagen de su padre.
El alcance de Cuba Decide se basa en la manipulación emocional detrás de ese proyecto por ser la hija de un opositor dentro de Cuba que “presuntamente” fue asesinado por el régimen castrista, sin que haya investigación que lo demuestre. Y aunque sé que al decir “presunto” ganaré un aluvión de críticas, la realidad es que las evidencias son escasas y su propia hija, pese a su influencia, no ha podido ni siquiera demostrar una investigación privada que nos dé mejores conclusiones.
Por mediación de la escritora Zoé Valdés, se me pidió personalmente que ayudara a impulsar la recogida de firmas en el exilio de Miami, pedidas por el hermano de Oswaldo, Carlos Payá, para la investigación del caso. Sin rencor, porque cuando de Cuba se trata las diferencias deben ponerse a un lado, cumplí mi parte, pero a estas horas no hay resultados concretos más allá de simples especulaciones o asunciones por carambola y el llanto eterno. No dudamos de que lo hayan asesinado, pero a ciencia cierta no se sabe, y para poder ejercer una lucha basada en derechos constitucionales, este es un asunto que debe tener una respuesta con hechos concretos.
Cuba Decide no tiene la potestad cívica para auto titularse como ÚNICA alternativa del exilio cubano, aprovechando los apadrinamientos políticos y la bajeza de los medios de comunicación oficiales y alternativos que así lo venden.
Hay que evitar que el futuro de Cuba se hipoteque a un nuevo modelo birmano, caribeño y 2.0, que sería una versión light del caudillismo que hemos padecido por más de seis décadas.
Primero tenemos que educarnos en nuestros derechos constitucionales para después actuar con conciencia y convicción. Sin intención de politiquería ni intereses privados. La conciliación política es lo primero o no tendremos República en el futuro; solo más de lo mismo.
#MuyFuerteTodo
Lisbet Mejías es youtuber y dirige el proyecto Generation New Republic cuya causa es restituir el hilo constitucional, restaurar la república y verla funcionando con los tres poderes divididos: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. La Resistencia está comprometida en ver la República de Cuba independiente, tal como soñara nuestro apóstol José Martí.
Dios, Patria y Libertad
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