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Por Lisbet Mejía
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Aventura, Fl.- No quise ser aguafiestas, pero lo sabíamos. En Venezuela estamos viendo lo mismo que venimos advirtiendo en nuestro movimiento constitucionalista: En Tiranía NO se Vota porque lo único que hacemos es vestir al dictador de traje democrático, tal y como ha sucedido con Nicolás Maduro.
A diferencia de los cubanos, el pueblo venezolano tiene el mérito de ser más combativo a la hora de protestar contra el régimen, pero lamentablemente ese ímpetu se ve siempre frenado por la oposición de turno que les da esperanzas de cambio por vías democráticas, sin comprender que, cuando se rompe la constitucionalidad en el país, ese proceso ni es válido ni mucho menos llega a ninguna parte.
Lo que acaba de suceder es – y ya no tengo lengua de tanto que lo advierto-, la misma mierda que nos proponen estos movimientos del exilio que se autoimponen como representativos de legitimidad para cambios en Cuba usando los mismos argumentos que la oposición venezolana por vías democráticas.
Una nación sin derechos constitucionales es una puerta abierta a la dictadura. En Estados Unidos hemos visto cómo se ha llevado a un expresidente a responder ante la Ley, amañado o no el proceso, es una de las características de una república que funciona con el respeto a la Ley y el Orden. Igualmente ha sucedido en países de Sudamérica, esos que muchos cubanos llaman indios despectivamente, pero que… ironía… son esos indios los que tienen mucho que enseñarnos en materia constitucional.
Este circo opositor venezolano ha provocado mucha frustración en el exilio porque se vendió la idea de que EE UU ejercería mas presión, pero ha sido el mismo Trump, como presidente entrante quien ya puso sus cartas sobre la mesa al reconocer indirectamente al dictador Maduro cuando le pidió a su homólogo que se preservara la integridad física tanto de María Corina Machado como de Edmundo González Urrutia, personajes que al final ya los veremos en el exilio.
Hay una analogía muy fuerte con el caso Cuba y todo me hace pensar que Trump dejará las cosas como están con relación a la isla y quiera Dios que se haya dado cuenta del circo de Cuba Decide y los intentos del GOP de Florida de sentar a su líder en la mesa junto al próximo presidente tal y como sucedió en su anterior mandato.
Como constitucionalista que soy veo con agrado que muchos cubanos del exilio de Miami están despertando sobre este asunto con Cubadecide y preparan una protesta contra ese movimiento en la ciudad de Hialeah el 26 de enero próximo, pero siguen sin entender que una protesta necesita de visibilidad y no se hace en lugares neutros sino donde está concentrado el foco ideológico.
Y siempre salen con lo mismo del protagonismo que yo doy órdenes. No. Les he recomendado, -porque ya hay un precedente con el Movimiento Constitucionalista-, que vayan frente a la estación América TV que sigue siendo el medio por excelencia para el maquillaje benefactor que se les hace a toda esa caterva de oportunistas politiqueros sobre el tema Cuba.
Y es mi deber advertirles que sean cuidadosos con los participantes. Levantar perfiles como el de Ktivo Disidente o enemigos del bretero de Otaola o Saya Floja va en contra de objetivos definidos cuando de la Patria se trata.
El objetivo es protestar contra movimientos a favor del diálogo con la dictadura, contra plebiscitos vinculantes, contra intitulados líderes del exilio que NADIE los eligió ni siquiera en una conciliación con todas las organizaciones y corrientes que conforman la nacionalidad cubana en EE UU.
Acaben de oler el café señores. Enfoque y aprendizaje de los errores. Lo sucedido en Venezuela es la misma hoja de ruta que quieren para Cuba. Al final Trump ya reconoció a Maduro y hay que bajarse de esa nube. La verdadera Libertad de Cuba no va por ahí y mucho menos sin objetivos claros, sin educación sobre derechos constitucionales y como átomos libres, cada uno halando para intereses personales en chanchullos mediáticos solo a nivel de redes sociales.
Ya es hora.
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Lisbet Mejías es youtuber y dirige el proyecto Generation New Republic cuya causa es restituir el hilo constitucional, restaurar la república y verla funcionando con los tres poderes divididos: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. La Resistencia está comprometida en ver la República de Cuba independiente, tal como soñara nuestro apóstol José Martí.Dios, Patria y Libertad
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